Al comprender la muerte podemos aprender a vivir mejor

¿Te parece extraño el título de este artículo? Tranquilo, es muy normal que te incomode o te intrigue el tema del que hablaré. Pero de hecho, es muy importante que tomemos un momento de nuestras vidas para poder entender lo que la muerte significa para los seres humanos.

A este punto de nuestras vidas, asumiré que ya hemos pasado por la pérdida de alguien cercano. ¿Cómo fue esa experiencia para ti? Estoy seguro de que sentiste un cambio interior un tiempo después de su partida. Ya sea como si profundizaste en este hecho o no, es una verdad innegable que la muerte tiene un efecto poderoso en nuestras vidas. 

¿Pero qué pensamos de ella? 

La muerte es un estado natural que simboliza el fin de una vida, es decir, un concepto ligado al final de las cosas. Es algo tan común en nuestra existencia y, sin embargo, es algo que no sabemos normalizar conscientemente, algo que nos aterra o a lo que no le prestamos atención. 

¿Pero qué pasaría si te dijera que lo mejor que podemos hacer es entender esta parte del ciclo de la vida? Permíteme compartir contigo una pequeña anécdota personal, una dura lección que me tocó vivir a una temprana edad.

¿Quién no ama a su mascota? Cuando era un niño, mis padres adoptaron un pequeño gato que salvaron de la calle. A mí me costó asimilar la idea de que ese ser vivo era algo a lo que debía darle mucha importancia en mi vida, y claro que esto era algo muy personal que tenía que ver con la manera en la que veía las cosas mi yo de niño.

Era una criatura muy pequeñita y tierna. Sin embargo, yo no le prestaba mucha atención por qué prefería hacer cualquier cosa que jugar con él. Mi mamá, por otro lado, lo cuidaba mucho y se le veía más feliz. 

La felicidad no duró mucho. Nuestro pequeño gatito se enfermó. 

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Mis padres hicieron todo lo que estaba a su alcance, pero no teníamos muchas oportunidades económicas para ayudarlo. Verlo así me rompía el alma, por lo que comencé a permanecer junto a él para que sintiera todo el cariño posible. 

Ya no quería que se fuera así, y mucho menos que se sintiera solo, creo que ese sentimiento me acompañó por mucho tiempo, incluso después de su partida.

Y solo una pregunta vislumbraba mi mente, ¿por qué no pasé más tiempo con él? Sentía que era un capricho, por qué al principio cuando estaba sano yo pasaba de él sin problemas. Pero no era así, no era un deseo infantil, era la negación a su muerte lo que no me permitía salir de un estado mental agotador y doloroso. 

Lo cierto era que me arrepentía mucho por haber sido tan egoísta al principio. Y se los puedo jurar, que nunca más cometí el mismo error de nuevo, ni con mis mascotas, ni las personas cercanas a mí. Sin embargo, vivía con miedo a que volviera a suceder algo parecido.

Lo curioso fue que, en mi caso, yo no tuve problemas en entender que era la muerte. Mi problema radicó en que no sabía cómo afrontarla, no sabía aceptarla. Esto es algo tan común en nosotros, que nos afecta de diferentes maneras, pero en el fondo sigue estando allí. 

Esa incertidumbre se convierte en un miedo o en un rechazo y nos hace personas descuidadas o asustadizas. No escribí este artículo para que te obsesiones con la muerte, sino que todo lo contrarío, para que aprendas sobre ella, para que la aceptes y para que puedas vivir una vida más completa. ¡Sigue leyendo este interesante tema, estoy seguro de que te servirá!

La importancia de la muerte en nuestra vida diaria

Usualmente, pasamos la mayor parte de nuestras vidas cómo si fuéramos eternos y cómo si la muerte nunca fuese a llegar. Esto es una cuestión universal, por lo que más allá de las creencias que tengas, si piensas o no que haya después otra vida, la realidad es que nuestro cuerpo físico tiene un límite de funcionamiento.

Ser inconscientes de nuestra propia mortalidad, nos lleva a tomar tendencias nocivas a la larga, que no nos permiten ser mejores personas:

Actitudes que las personas extraordinarias poseen entre su arsenal de ...
  • Dramatizar mucho las cosas.
  • Darle importancia a sinsentidos.
  • Así como establecer de manera equivocada nuestras prioridades.
  • Estos son ciertos comportamientos comunes de este tipo de persona inconsciente. Esto ocurre porque no son capaces de interiorizar, que su tiempo es limitado. Cuando vives lo suficiente o cuando te das cuenta de esto, se produce un cambio instantáneo en tu perspectiva sobre la vida, y te das cuenta de que vivir plenamente se convierte en un asunto urgente.

    Si vives de manera inconsciente pensando que la muerte no es importante para ti, distrayéndote y evadiendo constantemente la realidad, estarás malgastando tiempo valioso que no serás capaz de volver a conseguir. Por ejemplo:

  • Pasarás demasiado tiempo viendo en aparatos electrónicos que te alejen de tu realidad.
  • Vivirás excesivamente y sin preocuparte por las consecuencias.
  • Tendrás problemas para marcar límites importantes
  • No tendrás la necesidad de evitar eventos y personas que no son para ti.
  • Entre muchas otras cosas que no te importarán como te afectan negativamente debido a que no valorarás lo suficiente tu vida. Es mediante la muerte que lográramos entender lo esencial que es nuestra existencia, y comenzamos a valorar cada segunda de la misma.

    ¿Por qué tardamos tanto en comprender la muerte?

    Los eventos relacionados con la muerte están en nuestra cotidianidad constantemente, pero no es hasta que una de estas situaciones se acerca a nosotros, que caemos en cuenta de que es un hecho en nuestra realidad. Lamentablemente, casi siempre es porque pasamos por un golpe duro en nuestras vidas:

  • La muerte de un ser querido.
  • Un accidente desastroso.
  • Una enfermedad grave.
  • Estos tres acontecimientos impactantes pueden ser desencadenantes para comenzar a valorar mucho más la manera en la que vivimos de una manera más coherente con nosotros mismos. Sin embargo, no quita que muchas personas preferirán evitar la verdad de lo que pasó para no tener que lidiar con algo tan doloroso e intenso.

    Pero al evitarlo, al tratar de distraernos, nos olvidamos y somos absorbidos por un estilo de vida destructivo y poco saludable. Por esta razón, es importante para nosotros entender que si estamos pasando por una situación parecida, prioricemos nuestras elecciones diarias para darnos tiempo a reflexionar y a la introspección.

    Por qué desde ese automatismo simplemente no nos damos cuenta de lo que estamos perdiendo por evitar la realidad. Inevitablemente, llegaremos a un punto en el que nos preguntaremos: ¿cómo he llegado hasta aquí?

    ¿Qué filosofías nos pueden ayudar a entender la muerte?

    Mayormente, la muerte es un tema tabú. Poco a poco se ha estado normalizando, siendo más resilientes con respecto a educar a la sociedad sobre temas que antes se consideraban delicados, pero que ahora son necesarios. Sin embargo, filosofías antiguas como el estoicismo y el budismo ya habían tomado consciencia sobre de la muerte y la tenían muy presentes en sus enseñanzas. 

    Los hábitos: Creando un nuevo destino

    Los estoicos utilizaban este aspecto del ciclo de la vida como herramienta para una existencia más serena y llena de templanza. Cuando les llegaba su hora, simplemente lo aceptaban bajo el pretexto de ser algo que ya sabían que iba a pasar. 

    De una forma parecida, los budistas contemplan el concepto de la muerte en sus meditaciones para interiorizar el estado imperecedero de todas las cosas en este mundo. Al recordar esto en sus vidas diarias adquirieron la capacidad de aceptar que esto formaba parte del proceso de la vida, por lo que comenzaron a respetar mucho más la manera en la que estaban viviendo.

    ¿Qué dicen los expertos con relación a la vida y la muerte?

    ¿Conoces a Elisabeth Kübler-Ross? Ella es una de muchas personas que han dedicado su vida, aunque no lo creas, al estudio de la muerte y de los últimos días de vida de miles de personas. Y no solo eso, ella es una de las mejores, enfocándose en las reflexiones con respecto a la relación de la vida y la muerte.

    Ella opina que la vida es una constante que cambia en todo momento, por lo que no podemos saber cuál será el día o la hora que nos tocará irse. También se dio cuenta de que la gente que estaba a punto de fallecer se hacían preguntas como:

  • ¿He vivido la vida que quería?
  • ¿Mi vida ha tenido sentido?
  • ¿He amado?
  • ¿Me han amado?
  • ¿Es algo triste, no es así? Por eso, una de las recomendaciones más importantes con relación al tema es sanar los vínculos que nos importan para no vivir ni dejar este mundo con arrepentimientos. 

    De la misma forma que es fundamental aprender a valorar cada minuto de nuestra existencia y dejar de tratar a la muerte como un tema tabú, ya que aceptarla y tenerla presente nos ayuda a ser más conscientes y nos libra del miedo. En pocas palabras, esto nos ayudará a vivir con mucha más paz, felices y alineados con nuestras vidas.

    ¿Qué nos enseña la muerte?

    Como ya lo he mencionado anteriormente, la muerte nos puede enseñar más de lo que creemos cuando tratamos de entenderla. Si la evadimos, nunca seremos capaces de comprenderla, y, por lo tanto, viviremos nuestra vida de una manera muy inconsciente. Entre las enseñanzas más importantes que podemos obtener mediante su entendimiento, puedo resaltar las siguientes:

    Hay que aprender a aceptar las cosas tal y como son

    Algo que aprendemos cuando entendemos mejor la muerte es que pocas cosas realmente tienen una importancia real en nuestras vidas, de modo que dejamos de amargarnos por ese tipo de cosas. 

    Cómo ser feliz al instante

    De esta manera, los infortunios de la vida pierden fuerza y aprendemos a convivir con ellos como parte de nuestro camino. De la misma manera, aprendemos a dar la bienvenida a todo lo bueno que nos brinda.

    Hay que enfocarse más en el ahora

    La realidad en la que vivimos es una constante secuencia de los momentos presentes. El segundo que estamos viviendo nos da la bienvenida al siguiente y así sucesivamente. Como dice el escritor Eckhart Tolle: “No tenemos más que este momento presente”.  

    Esto nos permite ser capaces de comenzar a vivir una experiencia sin tiempo “mental” y tener el foco en el instante presente.

    Hay que vivir las experiencias con la mayor intensidad posible

    La muerte es capaz de ayudarnos a resucitar a nuestro niño interior. Es decir, tenemos a recordar que cuando éramos niños vivíamos todo con asombro y una intensidad mayor, que, al crecer, a través de normalizar todos los procesos, perdemos esa parte “mágica” e intensidad.

    Esto se debe al hecho de caer en una rutina repetitiva y absorbente, que nos encierra en las mismas experiencias una y otra vez. Pero date cuenta de algo: si te dijese que mañana es tu último día y tuvieses que madrugar para ir al trabajo al día siguiente, seguramente ponerte los zapatos y ponerte en marcha hacia la oficina adquiriría un toque “mágico”.

    Otro sencillo ejemplo es cuando nos despedimos de un sitio por última vez. La experiencia se vuelve mucho más intensa y nos sentimos reviviendo todos los colores de la misma. Esto es lo que debemos hacer siempre, no olvidar ese toque “mágico”.

    Hay que tener espacio para volver a uno mismo

    Las situaciones relacionadas con la muerte nos invita a indagar en nosotros mismos, en nuestro mundo interno, en observarnos y en escuchar cosas que antes ignorábamos sobre nuestra persona. En definitiva, son un punto de inflexión que nos ayuda a conocernos mejor.

    Esto también nos ayuda a ser más coherentes en la vida que llevamos. Todo adquirirá una mayor lógica y orden en tu vida: comenzarás a pasar tiempo con tus seres queridos, acudirás a actividades que si encajen contigo, y utilizaras tu tiempo y energía en aquello que te haga sentir mejor contigo mismo.

    Ha llegado el momento de vivir como un superhéroe

    La muerte es una lección muy importante

    Como puedes ver, la muerte puede ser un instrumento potentísimo para aprender a vivir mejor. Tener consciencia de ella nos puede ayudar a vivir de una manera más coherente, alineada y llena de paz con nosotros mismos. 

    Te aconsejo encarecidamente que pierdas el temor a la muerte y dejes de evitarla, puesto que seguir haciéndolo no es aconsejable para tu plenitud. Puede ser difícil aceptar un hecho tan doloroso e irreversible, pero nos enseña mucho más de lo que nos quita y nos ayuda a seguir adelante, a tomar mejores decisiones y a ser mejores. 

    ¿Quieres aprender más cosas? ¡No pierdas el tiempo, lee más de nuestros artículos ahora!

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