Combate las creencias irracionales y el miedo que causan en tu vida diaria

Algo que nos domina como seres humanos, son las emociones. Como dato curioso, parece ser que nos dejamos dominar más fácilmente de aquellas con un carácter negativo.

El miedo me ha acompañado durante toda mi vida, y teniéndolo aquí a mi lado, comienzo este artículo contándote breves experiencias de las veces que me ha paralizado, es decir, que no he podido soltarle la mano.

Recuerdo que cuando era pequeño, mi maestra nos había pedido que hiciéramos un poema para el día de la madre; y según mi mamá, me había quedado muy hermoso. 

Pero entonces me tocó presentarlo a toda la clase, y cuando estuve allí enfrente de todos, me dieron unas náuseas tremendas y ni siquiera podía articular la primera letra del primer párrafo correctamente.

No aguanté seguir mirando a mis compañeros a los ojos y verlos que se comenzaban a burlar, y me fui a sentar con mucha pena y me tapé la cara con los codos. 

—¿Pero qué me había pasado? —Me preguntaba para mis adentros. 

Y entre las risas de mis compañeros, la maestra con su voz gruesa les dijo que no se burlaran de mí, sino que más bien me ayudaran a superar mi miedo escénico.

Cómo era de esperarse, la maestra estaba usando un término desconocido para mí en ese entonces. Pero allí estaba la respuesta a lo que me había pasado: el miedo me había nublado por completo.

No lo sabía, pero ese sería el primero de muchas ocasiones donde lideraría con el miedo escénico. Sin embargo, fue ese momento lo que me interesó en tratar de superar esa sensación.

Entonces llegamos a la secundaría y era el último año y a pocos meses de la graduación. Me sentía tan atraído hacia cierta persona durante todo mi periodo escolar, y sentía que por más cercanos que éramos yo no era capaz de confesarle lo que verdaderamente sentía por ella.

No, no tenía problemas para hablar con esa persona, cómo dije, éramos muy cercanos. El problema llegaba cada vez que me tocaba quedarme solo junto a ella. 

Me congelaba completamente, me venían un millón de escenarios negativos a la cabeza; no podía evitar pensar en que si hacía algo fuera de lugar, si mínimamente insinuaba que me gustaba, todo se iría al garete. 

Una vez que nos graduamos, esa persona se fue a estudiar al extranjero. No la volví a ver, pero mantuvimos el contacto. Años después, muy cercano a escribir este artículo, estuvimos hablando sobre nuestro tiempo en la secundaria, entonces el tema salió a relucir y me armé del valor que me faltó antaño y le confesé aquel amor adolescente. 

La clase emergente de los expertos

Increíblemente, resultó ser que yo también le gustaba un montón. Me provocó una sonrisa y me sentí tonto, ¿De qué tenía tanto miedo? Aquello no era más que una creencia irracional. Ahora ambos estamos enamorados de otras personas y, sin embargo, tuvimos que admitir lo cobardes que fuimos el uno con el otro. 

¿También te ha pasado algo similar, no es así? Es de lo más común. Cómo te dije anteriormente, aun el miedo sigue aquí conmigo, pero ahora somos amigos, por qué me di cuenta de que era mejor entenderlo qué negarlo y caer en situaciones desfavorables. 

Es tan simple cómo entender que el miedo es parte de nuestra cotidianidad, una vez aceptamos eso ya estamos subiendo la escalera que nos llevará a la libertad. 

Te invito a que me acompañes en este artículo para que tú también aprendas a lidiar con el miedo y evitar caer en creencias irracionales, permitiéndote superar estás limitaciones. Te hablaré de las claves necesarias para que comiences a vivir con más libertad y superes el miedo. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es el miedo?

Déjame empezar por explicarte que es el miedo. Se le conoce como una emoción que, aunque poco mérito se le dé, nos ayuda a sobrevivir. Si no fuera por ella, posiblemente nos hubiéramos extinguido poco después de desarrollarnos como especie millones de años atrás.

El ser humano solo podía defenderse de los peligros de la era primitiva mediante una señal que nuestros cuerpos recibían para salir corriendo y evitar que siquiera nos acercáramos a lo que nos hacía actuar. 

Por lo tanto, el miedo es una emoción primaria que deriva de la aversión instintiva al riesgo o la amenaza, sea real o supuesta, del momento, futura e incluso del pasado. Está presente en todos los animales, incluyéndonos a nosotros los seres humanos. Este mecanismo de defensa es importante para nuestra supervivencia diaria, pero también puede ser un factor falso e incluso aprendido. 

¿Cómo funciona el miedo?

Entonces, el miedo surge cuando estamos ante un posible peligro. Esta señal llegará a nosotros, independientemente de si es un escenario real o ficticio, siempre y cuando nos sintamos bajo amenaza, haciendo que el sistema central autónomo de nuestro cuerpo reaccioné fisiológicamente preparado para huir o enfrentarlo.

Cuando sentimos miedo, nuestro corazón comienza a acelerar sus latidos, nos cuesta respirar con calma, nuestros músculos se tensan, se dilatan nuestras pupilas y nos da un subidón de adrenalina. Estos cambios fisiológicos no se deben a nada menos que a la reacción de un instinto muy específico: sobrevivir, salir vivos de la situación que se nos presentó.

Aquellos peligros primitivos ya no están tan presentes en nuestro día a día. Sin embargo, nuestro cerebro sigue sin adaptarse a este nuevo ambiente, ya que la evolución biológica es mucho más lenta que la cultural, sentimos miedo ante estímulos que no suponen un peligro real.

Mecanismos del miedo en la actualidad

Te lo explico de una manera más sencilla, imaginemos dos escenarios: En uno, estás leyendo un artículo en línea completamente relajado cuando de pronto aparece atrás de ti un león de 400 kilos. ¿Qué sería lo primero qué harías? ¿Qué reacciones fisiológicas crees que tendrá tal encuentro en tu cuerpo?

Ahora veamos el siguiente escenario: Sin ningún tipo de preparación previa, te dicen que debes de dar una conferencia sobre astrofísica completamente en mandarín delante de más de 500 personas en menos de una hora, ¿Qué sentirías ante esta situación? ¿Cómo reaccionarías en este caso?

¿Sabes cómo iniciar un negocio sin morir en el intento? Hoy te damos...

Seguramente te encontrarás sintiendo la misma respuesta emocional de tu parte antes las dos situaciones. Lo único diferente aquí sería que mientras en la primera puedes perder la vida, en la segunda no hay riesgo de esto. Estas diferencias son conocidas como los mecanismos del miedo.

¿Por qué nos importa conocer estos mecanismos?

Los mecanismos del miedo se presentan en nuestra actualidad como todas aquellas situaciones que, hablando objetivamente, no suponen un verdadero peligro en nuestras vidas. De hecho, que incluso nos supondrían beneficios de llevarlas a cabo. Por lo tanto, es importante centrarte en las cosas que si te importan realmente y no en aquellas que no sean relevantes en tu vida.

Por ejemplo, ¿te serviría perder el miedo a bailar ballet en público, aunque no te guste siquiera el baile? No te ayudaría en nada realmente. En cambio, si hablamos en términos diferentes, en donde te apasiona el ballet y te gustaría poder bailar frente a una gran audiencia, pero te paralizas al pensar en ello, es hora de cambiar ese mecanismo emocional.

Este mecanismo tiene importancia dentro de uno de los pilares del crecimiento personal, debido a que es precisamente ir superando situaciones que nos generan miedo o ansiedad, lo que nos permite salir de nuestra zona de confort y ampliar nuestro campo general.

¿Qué son las creencias irracionales?

Me toca hablarte un poco del cerebro humano. En su parte más superficial se encuentra la corteza cerebral, que para no alejarnos de lo que nos importa, entre otras cosas, se encarga de nuestro razonamiento. En una capa más profunda, tenemos el sistema límbico, que maneja nuestras emociones. Y dentro de él, se encuentra la amígdala, que controla el miedo.

Cuanto la amígdala se activa para decirnos que tenemos miedo, tiene un impacto en nuestra corteza cerebral, nublando nuestros pensamientos con base a esta emoción. Este es la manera en la que nuestro cerebro procesa estos mecanismos y por lo que se crea algo que llamaremos “creencias irracionales”, déjame darte un ejemplo sencillo con dos situaciones similares:

  • Aquí, estás solo en casa, y ya pasó la medianoche. Terminaste de ver una peli de terror que te dejó nervioso y asustado, por lo que te diriges a dormir. Pero de pronto, en el pasillo, escuchas un crujido detrás de ti. ¿Qué crees que pensarías?
  • Ahora imagínate el mismo escenario, pero en vez de una película de terror, miraste una comedia romántica que te puso de buen humor. Te diriges a tu habitación, pero escuchas un crujido detrás de ti. ¿Pensarías lo mismo?
  • Lo más probable, es que no. En el segundo caso, no tendríamos problemas al pensar primero una explicación más racional que en el primero. Esto pasa por qué cuando una situación nos genera miedo, se activan en nosotros ciertos esquemas cognitivos y creencias irracionales. Lo que nos hace opinar que todo es peligroso y debemos tratar de sobrevivir.

    El primer pensamiento que nos pase por la cabeza al tener miedo, solo será la punta del iceberg a creencias más profundas e irracionales. Este conjunto o esquema cognitivo de creencias forman parte del cómo nos relacionamos con el mundo y nuestra personalidad. 

    ¿Cuáles son los miedos de nuestra vida diaria?

    Ahora, antes de preferir limitarnos a simplemente pasar a los consejos, creo que es importante conocer ciertas creencias irracionales que se convierten en situaciones de miedo problemáticas que nos van perjudicando de manera acumulativa en nuestras vidas. Los más peligrosos son:

    “Tengo que ser amado por todos los que me rodean”

    Es imposible satisfacer a todas las personas que nos rodean, por lo que tarde o temprano te encontrarás dedicando toda tu vida a los demás por miedo a que dejen de quererte.

    “Para ser valioso tengo que lograr todo lo que me propongo”

    Quienes tienen esta creencia se verán peligrosamente afectados cuando se den cuenta de que no tienen el control de la situación, por más que se autoexigan, para lograr todo lo que se propongan. Para evitarlo, podrían incluso caer en un círculo vicioso por su miedo a fracasar.

    “Es horrible que las cosas no salgan como yo deseo” 

    Tarde o temprano tendrán que caer en cuenta que categorizar la realidad como buena o mala no les está ayudando. La vida está compuesta de matices grises, no es una historia en blanco o negro. Esta creencia solo te encierra a dejar de intentar las cosas por miedo a que nos salgan como tú quieres.

    “Es mejor pensar que va a ocurrir lo peor”

    Esta creencia terminará paralizándote completamente antes de preferir hacer algo por miedo a que siempre ocurra una desgracia por ello. La verdad es que, estudios científicos han demostrado que el 90% de las preocupaciones que tenemos, nunca llegarán a ocurrir.

    ¿Cómo conseguir que las cosas salgan sin esfuerzo?

    “Es más fácil evitar que enfrentarse a los problemas”

    ¿Sabes lo que hace el avestruz? Este animal ocultará su cabeza si siente peligro. Es decir, ojos que no ven… Pero lastimosamente, te garantizo que es una de las peores estrategias para enfrentar nuestras dificultades. Los problemas rara vez se solucionan por sí solos, y el miedo, si lo evitas, crece contigo sin soltarte la mano.

    “Hay que tener alguien más fuerte en el que pueda confiar”

    Esta es la principal causa de las relaciones dependientes. Al final del día, qué pasará cuando esa persona ya no esté, ¿te irás con ella, a donde sea que se encuentre? El miedo a la soledad es de los peores incapacitantes del mundo, sin alguien a tu lado serás incapaz de valerte por ti mismo. Es importante aprender a identificar esta creencia para trabajar en ella.

    “Debo de tratar de solucionar todos los problemas de los demás”

    Nunca te sentirás una buena persona, al menos que sacrifiques tu tiempo para solucionar los problemas de las personas cercanas a ti, por lo que nunca podrás estar tranquilo contigo mismo, ni con ellos.

    “Siempre tiene que haber una solución perfecta y si no la encuentro es mejor no voy a haré nada”

    Querer controlar todos los detalles, para asumir todas las variables y encontrar el resultado perfecto, no es sano. El estrés que esto ocasionará en ti te paraliza a intentar cualquier solución exitosa por miedo al mínimo error. Recuerda siempre que lo perfecto siempre contradice lo bueno.

    ¿Cómo combatir las creencias irracionales relacionadas con el miedo?

    Ahora si hemos llegado a lo que más nos importa en este artículo: comenzar a trabajar en nuestro miedo. El proceso para cambiar las creencias irracionales no será corto y fácil; pero valdrá la pena el resultado una vez comenzamos a ver de lo que somos capaces con voluntad y persistencia.

    Lo primero que tenemos que hacer es identificar nuestras creencias irracionales que nos producen miedo. Es muy simple, solo debemos de registrar nuestra situación, los pensamientos que tenemos y la intensidad de la emoción que sentimos. De esta manera, al cabo de unas pocas semanas ya tendremos una idea más clara de las creencias que debemos abordar.

    Lo segundo que debemos hacer es cuestionar la validez de estos pensamientos. Recuerda siempre que un pensamiento es solo una interpretación de la realidad, por lo que, no tiene que corresponderse con lo que en verdad está ocurriendo.

    ¿Cómo cuestionamos nuestras creencias irracionales?

    Déjame introducirte a un nuevo escenario para que sea más fácil entenderlo: imagínate que te toca dar una conferencia sobre un tema del que eres experto para más de 200 personas. Lo primero que piensas es “de seguro me va a ir mal, me voy a equivocar hablando por los nervios y van a pensar que soy incompetente”.

    Tenemos que pasar este pensamiento por dos filtros, de esta manera logramos quitarle importancia a la situación y nos sentiremos más confiados:

    1. ¿Qué evidencia tengo de que esta creencia sea verdad?

    Para empezar: dominas el tema, estás asumiendo que porque sean 200 personas te dará ansiedad; y además, ser un incompetente no tiene nada que ver con el miedo a hablar en público. Por lo que tus propias acusaciones no parten de una base sólida.

    2. ¿Qué utilidad tiene esta creencia para mí?

    No te está ayudando a afrontar tu situación. Solo te pone más nervioso y te aleja de tus objetivos. Por lo tanto, no es una creencia que se basa en la realidad y tampoco es útil. 

    El próximo paso será buscar un pensamiento alternativo. Para ello, nos ayudaremos de las siguientes preguntas siguiendo el mismo escenario:

  • ¿He tenido alguna experiencia que demuestre que este pensamiento no es siempre así?
  • No has estado ante un público tan grande, sin embargo, supiste controlar tus nervios y todos escucharon atentamente.

    Vídeo: Convierte tu pasión en tu negocio
  • ¿Otra persona hubiese reaccionado igual que yo?
  • Normalmente, otras personas con más experiencia no se tomarán igual la situación.

  • ¿Qué le hubieses dicho yo a un compañero en la misma situación si estuviese pensando lo mismo que yo?
  • Le darías apoyo para que se dé cuenta de que puede hacerlo, ya que domina el tema y ha demostrado ser capaz anteriormente.

  • Cuando me pasaba esto antes, ¿Qué era lo que pensaba?
  • En esas ocasiones no estuviste tan nervioso, puesto que sabías que eras capaz.

  • ¿Cómo veré esta situación dentro de diez años?
  • Seguramente recordarás la conferencia con mucho orgullo, y no los pensamientos que tuviste antes.

  • ¿He aprendido algo en situaciones similares que podría ayudarme ahora?
  • Aunque en anteriores ocasiones te sentiste nervioso, te animaste a hacerlo y te fue muy bien.

  • ¿Hay algo positivo en mí o en la situación que estoy dando por alto?
  • Llevas un dominó del tema excelente, además, te han hecho saber que nunca se te notan los nervios al hablar en público.

    Cambiar estos pensamientos negativos por alternativos y positivos nos ayuda a confrontarlos con la realidad, de modo que le hacemos frente a nuestras creencias irracionales.

    Prepárate para saltar al vacío

    Para que todo lo que hemos hecho hasta ahora tenga sentido, tenemos que enfrentarnos con la situación o el estímulo que nos da miedo. Nuestra forma de pensar no va a cambiar si no somos capaces de demostrarnos a nosotros mismos que nuestra nueva visión del mundo es real.

    Esto es muy simple: cuando sentimos miedo ante una situación que no es peligrosa, nuestro cerebro desencadena una respuesta de estrés. Si la afrontamos, nos iremos dando cuenta que dejaremos de sentir estas consecuencias negativas y nos acostumbraremos a este estímulo. Si en cambio, huimos, solo le estaremos mostrando al cerebro que en efecto debe de seguir afectándonos.

    Tomemos de ejemplo mi historia del principio. No pude decirle a la persona que me gustaba lo que sentía, y lo que comenzó como un pequeño temor, se fue expandiendo al punto que se convirtió en una creencia imposible de objetar para mí. Esto fue debido a que, mientras más huyamos de una situación, mayor se irá haciendo el miedo; apretándonos con más fuerza la mano.

    ¡Salta al vacío desde ya!

    ¿Qué opinas de lo que dije en el párrafo anterior? ¿No te pareció triste? Lo cierto es que yo no sabía como afrontar mi miedo en aquel entonces, pero es gracias a dejar de excusarme y dejar de pensar que veo el futuro, que hoy en día estoy en una maravillosa relación en la que sí salté al vacío. 

    Dejar de suponer y desviar nuestras creencias irracionales, nos liberarán del miedo y nos harán más felices, inclusive podremos crecer como personas y ser mejores gracias a ello. ¿No me crees? ¡Pues déjame invitarte a que leas otro de nuestros artículos!

    Pero liberarnos no es el término correcto, sino más bien aprender a controlar nuestro miedo. Recuerda que sin esta emoción, los seres humanos no hubiéramos llegado tan lejos. Es un bien necesario para sobrevivir, y aprender de ella es la verdadera forma de ser libres. ¡Salta conmigo al vacío, vence las creencias irracionales y supera los miedos diarios ahora mismo!

    ¿Vives desde el victimismo o desde la responsabilidad?

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Scroll al inicio